¡Por fin vacaciones!

Los principios de los proyectos son siempre emocionantes por lo que tienen de expectativa, de novedosos, de inquietud. Aquí estoy con mis estudiantes en intercambio y los profes. Fue el sábado pasado y ante nosotros teníamos siete días llenos de esperanza y de miedo contenido por lo que pudiera pasar.

Una de las actividades que más nos preocupaban por lo novedoso se llamaba The Music of Our Life. Los estudiantes nos habían traído fotos de su infancia y canciones que habían supuesto algo en su vida. Empezamos con la actuación de los músicos del insit a la dulzaína, acompañados por el profe de literatura.

Y uno de los últimos temas fue una encerrona para mí, como coordinadora del proyecto. Y aquí me tenéis bailando un pasodoble con el director. Luego se animó más gente, incluso alumnas.
Fue muy divertido, aunque os puedo asegurar que habría podido pegar a Lorenzo, el profesor de la dulzaína.

Hoy hemos despedido a las estudiantes rumanas y a sus profesoras. Ha habido de todo, momentos buenos y otros no tan buenos. Pero creemos que en esta visita hemos cumplido dos objetivos muy importantes: dar a conocer más nuestra provincia y nuestra región. Al haber un fin de semana en medio las familias han podido llevar a sus huéspedes a un montón de sitios.
Además, hemos hecho que se implicaran muchos alumnos tanto en la preparación de actividades como en la participación posterior. Y éso es muy bueno.
Me he ido a dar un paseo alrededor de Las Murallas. Un paseo relajante.
Esta paloma nos observaba desde su agujero.