Praga 2

Ya os dije que Piedad tenía en Praga un stand extraordinario y aquí está. No me digáis que no está lleno de inocencia, simpatía, creatividad y mucho trabajo. Tengo muy claro que trabajar con los más jóvenes es un auténtico acto de valentía y dedicación. Agradezco a Piedad y a sus hermanados por el ejemplo de buen hacer. Tantas cosas, tantos dibujos, tantas ideas.

Como en esta tienda de antigüedades que había en una callejuela. Parecía tener de todo, hasta luces. Tenía mucho encanto.

Igual que esta tienda de marionetas. Las había de todos los tamaños, trajes, edades y realidades. Porque las marionetas son realidades acunadas en madera de estos bosques.

¿Y qué podemos pensar de un sitio que llama Bar del Gordo. No entramos, no por el nombrecito, sino porque no tenáimos mucho tiempo. Pero aquella placita era la mar de simpática.

Al lado del bar había una librería interesantísima. Una libreria de las de antes. Con estanterias de madera oscura y techo muy bajo. Un lugar pequeñito, lleno de libros en inglés. El nombre lo dice todo, ¿no?
Un paseito por la gélida Praga deja en la pupila imágenes de recuerdo.