Bari

Plaza del Comercio en Bari, allí empezaba todo el comercio de las mercancías que llegaban al puerto de Bari. Una ciudad que vive de espaldas al mar para defenderse de todos los invasores que llegaban en naves extrañas. Bari es una ciudad con una luz intensa que ciega y, al mismo tiempo, serena.



Barivechia es como en las imágenes del realismo italiano en el cine: próxima, cálida, acogedora, chillona, inmediata. No separa a nadie. Se extiende en el tiempo presente con unos modos de antaño: pescaderos en sus motocarros,



donne que hacen la pasta fresca local,



balcones con la ropa de colores,



altares a todas las devociones en las paredes.



Y una noche iluminada con bombillas de colores en honor de San Nicolás de Bari.



Me ha gustado estar allí.