eTwinning, todo empezó en Linz...

jueves, junio 15, 2006

Publicado por Milagro en La Voz de la Afición

Aquí está un artículo relacionado con el mundo de los toros de nuestra amiga Milagro ¿os habéis fijado todo lo que pueden dar los eTwinneros de Linz?


Artículo publicado en la revista La Voz de la Afición, Madrid mayo 2006

El ayer y el hoy en el mundo de los toros

Las Ventas del Espíritu Santo, algo más que una plaza de toros

Pues si, como no podía ser de otra manera, quiero empezar estas líneas brindando por la espléndida madurez de nuestra plaza Monumental de Las Ventas. Cumple setenta y cinco años ahora, dentro de muy pocos días y, a pesar de todos los pesares, sigue ahí, en pie; coronando altanera los espacios fronterizos de la calle de Alcalá, asomada al estruendo de la M 30 y mirando asombrada como ha cambiado su Madrid.

Setenta y cinco años ¡se dice pronto...!,pero bien mirado no es tanto tiempo si pensamos que las corridas de toros han formado parte esencial de la vida cultural y social del pueblo de Madrid desde hace siglos. Sabemos que antes hubo otras: la de madera circular en Casa Puerta, ribereña del Manzanares. La de la Puerta de Alcalá, funcionando durante ciento veinticinco años y viendo pasar por su ruedo la edad heroica del toreo; la de la Fuente del Berro, nacida al calor de la Primera República y demolida a la llegada de la Segunda que tuvo el honor de acoger los tiempos gloriosos de toros y toreros marcando el tránsito de dos siglos: los Martínez, Veraguas, Aleas, Hernández, Miuras, Saltillos, Concha y Sierra... lidiados por lo más florido de la época dorada desde Lagartijo y Frascuelo a Guerrita, Pastor, los Gallo, Belmonte, Bienvenida, Cagancho... Pero es nuestra plaza de Las Ventas la que desde 1931 se ha convertido en referencia esencial para los aficionados.

Un miércoles 17 de junio abrió sus puertas para acoger al aluvión de gentes que, de todas partes, afluían Alcalá abajo para admirar un edificio sobrio, clásico en sus líneas, inspirado en los consejos que Joselito indicara al arquitecto José Espeliú y que suponía integrar en el paisaje de la ciudad su planta gallarda de aires mudéjares con ventanas y balconcillos adornados de azulejos. Aquella tarde vino el todo Madrid; la corrida extraordinaria de beneficencia serviría para pagar a los obreros en paro. Presidía el alcalde Pedro Rico asesorado por figuras legendarias del toreo: Guerrita, Bombita, Bienvenida, Pastor y en el palco de honor se sentaron el presidente de la República, Don Niceto Alcalá Zamora y parte de su gobierno provisional. Los ganaderos regalaron los toros y los maestros actuaron gratis para la buena causa. El toro “Hortelano” de Domecq y el torero “Fortuna” fueron los primeros protagonistas de una larga corrida que duró cuatro horas largas y que vio la actuación de Nicanor Villalta, Manuel Bienvenida, Marcial Lalanda, Barajas, Fuentes Bejarano, Vicente Barrera y Armillita Chico. Sabemos por las crónicas que el festejo fue soso, el ganado no cumplió y las expectativas de triunfo quedaron enterradas en los desmontes y descampados que rodeaban el coso. Gregorio Corrochano en el ABC escribe una magnífica crónica social del festejo, alaba el edificio pero critica su emplazamiento y el palco presidencial “pretencioso, recargado y sobre todo, cursi “ . El cronista termina su artículo esperando mejores tiempos-¿los hay hoy? me pregunto, - y escribe: “ Ni un lance, ni un quite, ni un muletazo, ni un pinchazo bueno. Nada. Como corrida es la más mala y menos interesante que hemos visto. Los toros ¡qué igualdad en la mansedumbre!; los toreros, faltos de recursos y de deseos. Muy igualitos también...”

Después se cerraría y volvería a abrir sus puertas en 1934. Desde entonces, hasta hoy.

Larga e importante historia la de esta plaza. Por falta de espacio, no es este el lugar adecuado para recordar las numerosas tardes de gloria o de sonoros fracasos que ha visto pasar a lo largo de tantos años, pero sí de reflexionar brevemente lo que ha significado para la Tauromaquia la afición que se ha sentado en sus piedras año tras año. Rigor, exigencia, pitos, broncas monumentales... pero también, sutileza en apreciar detalles, aplausos a un buen quite, saber “ver” la lidia de cada toro, encumbrar en una tarde de valor y arte a un desconocido que se deja la vida en el redondel. Valores que han hecho de Madrid el único lugar en el que tres lances y una buena estocada a un toro de verdad, pueden llevar a la gloria a un torero.

¿Sigue siendo hoy así nuestra Plaza?. Me temo que no. Madrid ya “no da y quita “. La mercantilización de los profesionales unida a los abusos de los empresarios preocupados sólo por las ganancias y ayudados por la inoperancia administrativa, han degenerado progresivamente el significado de una corrida de toros en Las Ventas. Es verdad que todavía un núcleo de verdaderos aficionados siguen sentándose en sus tendidos para velar por la supervivencia del espectáculo, pero su grito reivindicativo que exige rigor y verdad es acallado cada vez más por públicos triunfalistas que, si no se remedia, tratan de convertir las corridas en Madrid en un escaparate de gentes a las que poco importa la permanencia de la fiesta y suben a los altares a cualquier pegapases que se pone delante de un pobre torito descastado. Hoy más que nunca es urgente regenerar y devolver el prestigio y el valor referencial a nuestra plaza, ¿podríamos empezar por exigir cortar tres orejas para abrir la Puerta Grande?. Cada vez sale más barato cruzar el soñado portón, el triunfo ramplón con toros inválidos y el “una más una”, está llevando a la pérdida de los valores que la convirtieron en la primera plaza del mundo.

Pero sin duda, Las Ventas es algo más; forma parte del Madrid taurino; ese que se está acabando y es parte importante de la identidad de nuestra ciudad. Nuestra tradición taurina viene de antiguo, es un caudal de sabiduría popular y sentimiento estético del pueblo, mal les pese a muchas de nuestras autoridades. Por eso hay que mantener los espacios taurinos de su entorno, el sabor añejo y tradicional de sus bares y tascas, las tertulias de los aficionados a lo largo y ancho de los aledaños de Alcalá que han mantenido la memoria de tardes de gloria e inmortalizado tragedias a través de la palabra. Las Ventas revive con las aglomeraciones de gentes ilusionadas en tardes de expectación o con el griterío bullicioso cuando se abre la Puerta Grande. La Comunidad, propietaria, es decir el pueblo de Madrid, y la empresa, están obligadas a cuidar y mantener un edificio, patrimonio artístico madrileño, que es algo más que un conjunto arquitectónico pues representa y simboliza la memoria colectiva de siglos de toreo.

Los aficionados debemos recordar al atravesar sus puertas que entramos en una parte esencial de la historia de la Tauromaquia, sintiendo muy dentro la emoción y la grandeza de otros tiempos. Es demasiado importante como para perderlo

Milagro Fernández Fernández-Cuesta (Aficionada y miembro de La Asociación El Toro de Madrid)

2 Comments:

  • Yo no soy aficionada a los toros, pero sé reconocer el buen hacer de las gentes. Yolanda comentarista me parece tan entregada como la etwinnera que todos conocemos. Me ha gustado la descripción hist´òrica, el entronque social, la denuncia del conformismo de hoy.
    ¿Es qué en los toros pasa como en la enseñanza? ¿Cuanto menos esfuerzo mejor? Pues estamos apañados.
    Venga Yolanda, enhorabuena.
    Abrazotes

    By Blogger caluad, at 9:26 p. m.  

  • Bueno, jefa, me parecen estupendos tus artículos sobre el arte del toreo, pero,....¿quién es ese señor con esa cara tan típica española de mal café?!!. Y no me refiero a las de tu cónyuge y/o marido que parece muy simpático. Un saludo, ¿nos vemos?.

    By Blogger Unknown, at 8:33 p. m.  

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